viernes, 11 de octubre de 2019

(C) El problema de la vejez

El problema de la vejez está fundamentalmente relacionado con la salud, las pensiones y las infraestructuras de atención a las personas mayores. No se puede dudar que el problema de las pensiones y la vejez están relacionadas. Normalmente el anciano pasa a depender de las residencias cuando ya no puede valerse por sí mismo, lo cual supone que el coste de carga familiar es superior al ingreso por pensión. Las familias independientemente del poder adquisitivo e importe de la pensión, delegan en el Estado el cuidado de los mayores. Los mayores pueden fácilmente sufrir con la edad trastornos psicológicos de causa neuronal, cambios de conducta, hurtos, desinhibición sexual, despotismo, neurosis o depresiones, insomnio, así como todo el cuadro clínico de carácter biológico que supone la vejez, pérdidas de sentidos, oído y vista fundamentalmente, disminución de asimilación de vitaminas y minerales, hipertensión, hipotensión, Alzheimer, Parkinson, amnesia, parálisis, ictus, descalcificación y roturas de cadera, trastornos digestivos ...etc.

Ciertamente todos los aspectos de la vejez están relacionados y la pensión en el sentido económico, supone una cantidad de recursos que las familias utilizan para resolver exclusivamente problemas de salud, vivienda, alimentación...etc. Desde el economiscismo, la pensión monetaria puede o no coincidir con la pensión real, error que procede de determinar como válido el modelo Hicks Hansen. A mayor diferencia entre la pensión que determina el gobierno y la pensión que determina la economía, más fácilmente se traslada dicho error a las generaciones futuras lo que supone un mayor conflicto intergeneracional. Las residencias de ancianos han proliferado en las ciudades y en el campo por doquier y con el liberalismo económico nadie se ha preguntado si dichas residencias optimizan el bienestar de todos. Se podría pensar en grandes centros residenciales en las ciudades similares a los grandes hospitales, centros de comunicaciones o mercados centrales. Un análisis más profundo de las infraestructuras futuras para los ancianos se hace necesaria. Curiosamente las pequeñas residencias parecen estar llenas mientras que las grandes están semivacías, lo cual genera nuevas preguntas.

Los mayores han sido tradicionalmente cuidados en el ámbito familiar excepto cuando desarrollan cuadros o enfermedades que hacen inviable esta posibilidad. La geriatría tampoco es una de las profesiones más demandadas ya que si bien el sueldo podría ser similar al de la enfermería, las condiciones laborales son distintas, mucho más duras, en algunos casos. Una centralización siempre supone unos menores costes y una mayor especialización.

Es, desde luego, cierto que el coste de cuidado y atención a la tercera edad es considerable si contabilizamos el coste para familias e instituciones en un momento de déficit estructural. La esperanza de vida ha aumentado y no parece que los gobiernos, también en crisis, hayan sabido encauzar los problemas hacia una racionalización desde el objeto. Todo indica que los gobiernos conservadores han apoyado unas residencias de izquierdas, de pequeño tamaño y casi familiares, operando casi siempre con pérdidas. La izquierda lógicamente apoyará los grandes geriátricos, con capacidad para ofrecer todos los servicios demandados, cines, gimnasios, bibliotecas, capillas, salas de juegos, salas de conferencias, servicios médicos, tiendas especailizadas, farmacias...etc.

Doy por finalizada esta entrada. 11/10/2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario