(c) El problema de la violencia de género
La violencia de género se ha asentado en la sociedad y como violencia, representa la existencia de un conflicto y unos perfiles psicológicos determinados, normalmente de bajos niveles educativos, de reacciones primarias o instintivas y también de bajos niveles de renta. No sé hasta qué punto, la violencia de género es representativa de algo significativo, ya que posiblemente los casos conocidos pertenecen al mundo de la estadística periodística. Si indagamos cuántas mujeres morían a manos de sus maridos en el año 1800, hallaremos posiblemente una cifra relacionada con la población y no con el desarrollo de un país, o el triunfo de los principios de igualdad entre hombre y mujer.
Durante el imperio romano, la mujer, la esposa, podía ser utilizada para pagar un préstamo y posiblemente las mujeres díscolas seguían el camino de Cleopatra. Las mujeres han sido objetos de intercambio en sociedades primitivas, se compraban y vendían por otros objetos. El hecho de que no se observe un precio en las sociedades modernas no significa que no exista un intercambio de algún tipo. Las mujeres y no los hombres han sido siempre elementos imprescindibles de puentes de comunicación interclase. La violencia, sea cúal sea, representa una inexistencia de canalización de una energía relacionada con una represión política, empresarial, de clase o institucional. Esta energía suele disiparse con el fútbol, boxeo, rugby, deportes de aventura como el senderismo, mountain bike, jogging...etc.
No existe respuesta para la pregunta, ¿ se han vuelto locas las mujeres, intentando realizar todos los trabajos de los hombres ?. El mundo de los roles se ha disipado y los hombres sospechan que las mujeres en algunos casos, no juegan limpio o quieren obtener rendimientos económicos sin observar productividad, background y experiencia. Hoy mismo José María García hablaba sobre el absurdo de que unas chicas a las que nadie va a ver jugar, tengan tantos minutos de televisión o vayan a la huelga. Incluso en países socialistas, donde la igualdad entre hombre y mujer es un hecho, estas cosas no se hacían y si se hacían, la economía flaqueaba. Si los objetos del hombre son utilizados por la mujer, crearemos chicas masculinas y si sucede lo contrario, hombres femeninos. Y ésto no es deseable.
Ciertamente, en el mundo militar la violencia de género ha estado siempre relacionada con la infidelidad o la simple sospecha. Las mujeres, en este caso, se han convertido en objetos de carácter bélico que no podían caer en manos del enemigo y si caían, la guerra entraba en una nueva fase, tipo El Rapto de las Sabinas de J.-L.David, donde ya nadie identificaba al enemigo como tal porque se había producido una fusión nuclear, un intercambio de mujeres, tácito o expreso. Es curioso que todos estos problemas desemboquen finalmente en nuevas formas de Estado. El país vive en una especie de república ficticia dentro de una regencia oculta al estilo de aquella de Isabel II. Otra cosa rara y poco usual.
Doy por finalizada esta entrada. 28/10/2019
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