(c) El problema de la homosexualidad y García Lorca
Ya escribía Freud que la homosexualidad era un tema abierto. No existen patrones concretos o definidos acerca del ser o de un llegar a ser homosexual, aunque sí es cierto, que no es hereditario, no existe mayoritariamente un gen homosexual y depende de factores ambientales. Tampoco es cierta la idea de conductas sexuales aberrantes o impropias en la mayoría de los casos, sino todo lo contrario. El problema no está en algo indefinido sino en la relación entre su exteriorización, un hecho banal, y los cambios políticos. La república o pseudorepública, teóricamente, el imperio de la ley, hace emerger conductas así. Se podría decir que la república después de años de monarquía o el debilitamiento de ésta, abre un vacío de poder o legitimidad, y cualquier represión o desequilibrio encuentra una salida. Es síntoma, desde luego, de cierta degeneración, decadencia o impotencia.
Nos encontramos dentro de una monarquía parlamentaria y un estado de derecho en la que todos los representantes políticos se declaran fieles a la constitución, es decir, no pueden expresar un republicanismo, y ésto vulnera el principio de igualdad y libertad. Nos encontramos políticamente ante una contradicción lógica, algo que no es normal, y que origina también una represión subconsciente que podría afectar a una buena parte del electorado. La represión no se traduce en la exhibición de banderas republicanas sino catalanas y de la misma forma, como elemento anti natura, aparece la homosexualidad explícita y en algunos casos, hiriente para los más conservadores o ultracatólicos.
En muchos sentidos, la homosexualidad es un símbolo de algunos hechos, de cierta anormalidad política o un desequilibrio entre sujetos y objetos, si bien, casi siempre, existen en las parejas homosexuales, los roles tradicionales, masculino y femenino. La física muestra claramente que los opuestos se atraen y la química que un hueco debe llenarse. No puede existir atracción entre objetos idénticos o similares. Por esta razón, no se puede decir que la homosexualidad en épocas políticas confusas, haya aumentado, lo que ha sucedido es que ha adquirido importancia pública y en algunos casos con cobertura de los medios de comunicación, una protesta encubierta.
La homosexualidad se revela lógicamente como un narcisismo, un amor hacia sí mismo o hacia el género que uno tiene. De esta forma las feministas más radicales tienden a ser lesbianas, y posiblemente los defensores de la supremacía del hombre, sean gays. El problema es que una relación homosexual narcisista crea por sí misma un nuevo conflicto psicológico ya que nadie puede amarse a sí mismo indefinidamente. Y esto supone que las relaciones homosexuales son necesariamente breves o no muy prolongadas en el tiempo, lo que también es desmentido. Se entiende que lo antinatural es también antijurídico, ya que se acepta que todo ordenamiento jurídico nace de un derecho natural, una moral natural. Y ésta fue, entre otras, la razón del asesinato de Federico García Lorca.
Doy por finalizada esta entrada. 30/10/2019
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