(c) El problema de la monarquía I
Una forma de Estado como la monarquía parlamentaria fue una solución en el pasado y se encuentra recogida en la Constitución española en vigor. Normalmente una forma de Estado no es un problema hasta que buena parte de la población decide lo contrario. La monarquía parlamentaria nace por consenso como forma de superar una dictadura en los años 70. Sin embargo, las monarquías en Europa son ciertamente regresivas con el auge de la idea de nación en el s. XIX.
La monarquía representa una idea centralizadora de poder, una defensa de los derechos nobiliarios que datan de la Edad Media y un sistema ofensivo defensivo que se mueve por y para el Rey. La monarquía más fuerte en Europa es la británica y esta fortaleza está asociada al nacimiento de la Revolución Industrial en el Reino Unido en el siglo XVIII. Las monarquía británica conserva buena parte del poder que tenía en el s.XIX.
En Francia, la monarquía cae contra principios como la libertad o la igualdad. Un poder centralizado suele estar en contra de la libertad individual o la igualdad entre clases. El sistema capitalista que nace de la Revolución Industrial requiere de libertad, esencialmente mercantil sin embargo crea una nueva clase social, la burguesía que aleja y acerca a la sociedad del principio de igualdad. Esta nueva clase social es un escalón entre las clases que existían con anterioridad, la clase aristocrática y los siervos de la gleba. En cierto sentido se crea una clase intermedia defensora de sus intereses comerciales e industriales.
Excepto Bélgica y algún otro país, todos los países de Europa Occidental han superado o dejado atrás en el tiempo, la monarquía. En España, la monarquía es sustituida por la República. La República representa el imperio de la ley por lo que el cambio desde la monarquía hacia la república supone una situación previa de inestabilidad e ineficacia de las instituciones judiciales o una continua vulneración de leyes que produce una atmósfera de anarquía global.
Es desde luego cierto que una institución anclada en la Edad Media es poco proclive al cambio. Cualquier modificación o cambio social o político podría poner en peligro su statu quo. La reacción ante un peligro así es la puesta en marcha de todas las herramientas de control social a su alcance, radio, prensa, televisión, organizaciones políticas, sindicales, patronales, culturales, institucionales etc.
Doy por finalizada esta entrada. 18/09/2015
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