(c) El problema de la cruz
No voy a escribir sobre la posición de la iglesia en la vida nacional ya que los asuntos eclesiásticos, espirituales, oficialmente, no interseccionan con el mundo de la política y si lo hacen, es para apuntalar poderes y vulnerar principios. Hoy escribiré sobre la lógica relacionada con los objetos sagrados, concretamente el crucifijo. Cuando entramos en una iglesia, casi siempre, encontramos un crucifijo cerca del altar o en la entrada. Pues bien, si el recinto sagrado tiene forma de cruz, no es lógico situar una nueva cruz en el interior. Lo no lógico, es sinónimo de irracional.
Estamos ante el mismo problema que encontró Russell y otros, acerca de un índice de libros de una biblioteca. ¿ Debería incluirse el índice dentro del índice ?. Evidentemente, algo así no es materialmente posible y si alguien lo hace, genera un error que los ordenadores detectan, pero no las personas. Si una rutina de errores existe, observamos una ventana de aviso y si no lo está, el ordenador se bloquea de alguna manera. Ciertamente un crucifijo es muy distinto de un índice de una biblioteca pero la lógica es la misma. En los dos casos, estamos ante objetos, el crucifijo es una escultura y un índice es una lista de libros escrita sobre una hoja de papel. El espíritu relacionado con el objeto cruz, será, sin duda, independiente de su dimensión como objeto. Este espíritu, también influido por la nación y el Estado, no puede contener su propio espíritu.
Un crucifijo es signo y símbolo de la iglesia católica. Si es signo, no puede contenerse a sí mismo. Si el signo está representado por la planta arquitectónica de la iglesia con forma de cruz, no puede incluirse como figura dentro del recinto, aunque podrá estar en cualquier otro lugar. La omnipresencia, omnipotencia de Jesús, tampoco podrían alegarse como explicaciones de tal evento. Incluso dentro de una curvatura espacio temporal, la lógica sería la misma. Una lógica correcta es universal. Desde luego lo ilógico puede ser equiparable al mal, y todo mal deriva del pecado, de acuerdo con la iglesia. Usted está enfermo, le dirá la iglesia porque ha pecado, ha transgredido las leyes de Dios, es decir, los mandamientos. No se puede saber hasta que punto el tamaño de la cruz, mide dicho pecado. Pero no hay que preocuparse porque el perdón como la tasa garantizada de Harrod, que mide el crecimiento, está asegurada.
Pero aún así, si retiraran hacia otros lugares los crucifijos, tendríamos el mismo problema lógico si portamos en el cuerpo la misma imagen, cosa muy normal, por cierto. Cuando uno lleva un crucifijo, colgado del cuello, un hecho ilógico vuelve a producirse ya que el signo no puede encontrarse dentro del signo. Ciertamente, no se puede saber cómo las situaciones ilógicas influyen en la vida, pero es deseable minimizar el número de ellas. Tampoco se puede esperar que las personas acepten desprenderse del crucifijo antes de asistir a un oficio religioso. Todo esto nos lleva a decir, que el problema de la cruz es difícil de resolver y en la mayoría de los casos, supone una incomodidad o un trastorno resolverlo.
Doy por finalizada esta entrada. 06/11/2019
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