martes, 12 de noviembre de 2019

(c) El problema de los nuevos objetos políticos

Si consideramos que el problema del país se encuentra en una inadecuación de las herramientas e instituciones del Estado a una población cada vez más heterogénea, deberíamos analizar los problemas con los nuevos objetos o simplemente habría qué preguntarse qué nuevos objetos hay que crear, y qué objetos, como en un ordenador, hay que borrar. Si acudimos a la historia, y analizamos una carta puebla, ésta puede considerarse un objeto que respondía a la demanda de nuevas villas o ciudades, de un nuevo liberalismo económico y una nueva clase social, la burguesía. Sin embargo, la carta puebla como objeto reforzaba otro llamado estado. Es fácil pensar que el estado recibía algún tipo contraprestación por la carta puebla, en términos de impuestos o bienestar. Esto significa que los nuevos objetos emanaban del propio estado y beneficiaban al propio estado.

Si analizamos los gremios, éstos representaban la unión de determinadas profesiones en la Edad Media dentro de otro objeto llamado villa o ciudad. El objeto gremio o corporación respondía también a una necesidad de los artesanos y otros oficios, de la misma forma que actualmente nacen asociaciones de comerciantes, para regular la actividad y defenderse, entre otras cosas, de los excesivos impuestos cargados por el objeto estado. De las elecciones del día 10, se deduce que el partido VOX, es un nuevo objeto político, que nace como respuesta a determinados problemas del país. El voto en períodos breves de tiempo es muy sensible a hechos como los disturbios en Barcelona. Los partidos de ultraderecha se distinguen por su rapidez en el cambio de ciclo, ya que pasan de ser nacionalistas a ser belicistas en poco tiempo, de ser defensores de la igualdad a ser defensores de la libertad, de buscar una solución dialogada a buscar una solución armada.

Evidentemente, Vox, defiende la desaparición de objetos constitucionales, diputaciones y juntas, por ejemplo. La lógica formal se impone ya que la Constitución no es base del ordenamiento jurídico y si no es base, no es fundamental. Los gobiernos autonómicos, han quedado con los votos de Vox, debilitados o huérfanos de legitimidad. La Constitución no habría sido refrendada bajo las actuales circunstancias. Y esto confirma que Vox no nace del estado sino de la nación. C´s debería haber portado la antorcha de la libertad y del orden, que nace de un objeto militar pero ser ciudadano, persona liberal que ejerce una profesión en una ciudad nada tiene que ver con el mundo militar o policial. El objeto militar no es el mismo que el objeto mercantil, ya que el primero excluye al segundo, en caso de guerra.

La política española es un juego de naipes. Y el exceso de juego representa una patología. Si el número de cartas de la nación ha aumentado, también lo hace el número de cartas del estado. El vacío, no de poder, ya que el poder de la no ética de objetos y sujetos, sigue estando donde siempre, sino de legimitimad, es evidente. Si el poder no estuviera, nuestras vidas habrían cambiado y ésto no ha sucedido. Las elecciones han demostrado que, como los líderes, los votantes exhiben una infidelidad sin ningún pudor. Si los sujetos no llegan a acuerdos tampoco llegarán a acuerdos las instituciones del estado. Y de nuevo encontramos un conflicto entre viejos y nuevos objetos, entre antiguas y nuevas formas de estado. El nuevo acuerdo entre Psoe y Up, es una nueva contradicción ya que su pensamiento no tiene rasgos en común. Sin embargo, los partidos nacionalistas, heterógeneos por naturaleza, interseccionan con ambos partidos, en pensamientos pero no en sentimientos.

Doy por finalizada esta entrada. 12/11/2019

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