(c) El problema de la guerra de las galaxias
Observamos una galaxia con forma espiral característica pero desde la lógica, se aprecia fácilmente que dicha forma es falsa. Cualquier campo magnético es circular como describió Faraday, por lo que todas las estrellas de la galaxia tendrían que ocupar lugares dentro de una elipse. Esto significa que la distribución de las estrellas tiene forma de espiral por alguna razón de astrofísica. Originalmente, en el nacimiento de una galaxia, las estrellas se distribuyen posiblemente guardando una simetría y solamente algún tipo de suceso estelar produce los brazos visibles, tan utilizados como símbolo del fascismo alemán. Las estrellas giran, cada una alrededor de una elipse y de acuerdo con los caminos y campos magnéticos que produce una estrella que colapsa, cada órbita tiene un escalonamiento, una altura desde un eje central.
No sabemos si hubo una guerra de las galaxias en el pasado o si habrá una en el futuro. Una guerra así requiere de unas condiciones. Todos los sistemas solares de la galaxia tienen que poseer un espacio tiempo plano que permita la vida biológica inteligente. Si este espacio tiempo plano comienza simultáneamente dentro de la galaxia, encontramos, multitud de posibilidades para que la vida inteligente se desarrolle en múltiples estrellas. El por qué nadie ha respondido a los mensajes de las sondas lanzadas al espacio es, desde esta perspectiva, fácil de responder. El estado de las civilizaciones, si las hubiere, es tan rudimentario que ninguna especie inteligente puede responder a ellos. El mensaje interestelar necesita de una nueva forma de energía, todavía desconocida que pasa por la utilización de las estrellas como amplificadores.
En el pasado está el futuo, aseguran los judíos, aunque es difícil saber si en una futura guerra de este tipo, seremos vaqueros o indios, exterminadores o exterminados. En los próximos 90.000 años, la guerra de las galaxias podría ser una realidad, lo que significaría la ocultación sistemática de hallazgos relacionados con la vida inteligente en sistemas solares lejanos. El estado de cosas actual no puede ser menos halagüeño. Las naves o plataformas espaciales no cuentan con gravedad terrestre y los cohetes siguen estando propulsados por reacciones químicas de gases. Las dificultades para llegar de nuevo a la Luna son suficientes para expresar que el mundo tecnológico es un mundo rudimentario. Ciertamente, si la historia de la civilización puede utilizarse para preveer el futuro, se puede decir, que los extraterrestres, si aparecieran, formarían parte de un imperio.
Tampoco parece cierto que los extraterrestres vayan a tener formas de tortugas, lagartos u otros animales. Si el origen de la galaxia es común, también lo es la nebulosa de hidrógeno primigenia u original, por lo que no se puede esperar distintas especies sino distintos grados de evolución dentro de una misma especie. Y finalmente, la cantidad de planetas deshabitados dentro de nuestro propio sistema obliga a pensar, de nuevo, en un cataclismo que ha determinado la forma actual. Planetas y estrellas giran y también lo hace la galaxia entera. La idea de que estamos solos en el universo, es desde la perspectiva de lógica formal, falsa, ya que si los objetos son casi idénticos, en su composición, historia y desarrollo, también lo serán necesariamente, los sujetos que habitan en ellos.
Doy por finalizada esta entrada. 29/11/2019
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