(c) El problema de la ingobernabilidad
Asistimos a un problema obvio de fragmentación política, un no bipartidismo, a non two party system, que produce la ausencia de mayorías absolutas. De acuerdo con la entrada anterior, el gobierno sería sujeto y el parlamento objeto. La ingobernabilidad representa la exteriorización de un problema. Los viejos partidos no han podido encajar dentro de los perfiles socioeconómicos o psicosociales a todos los votantes. El objeto es el mismo, el sujeto no lo es. La nación no encaja dentro del estado y el estado ha dejado de representar a la nación. Existe un nuevo comunismo y una nueva derecha, mientras que las estructuras del estado son las mismas. La ingobernabilidad es, desde luego, un problema de difícil análisis. El comunismo está unido mientras que la ideología conservadora se ha fragmentado, en partidos radicales como VOX y de ideas regeneradoras como Ciudadanos C´s. Aún así, también UP, se fragmenta con el partido de Errejón.
Ciertamente para cualquier analista, las causas de la ingobernabilidad son otras. La visión del beneficio privado, en algunos casos sin ética alguna, ha primado sobre el beneficio social en casi todas las decisiones. Los deshaucios, la crisis bancaria, la incorporación de España al euro, la guerra de Irak, la presencia militar internacional, la intervención en China...etc. no deberían haberse producido. Las crisis bancarias nacionales nunca habían sido tan destructivas y dañinas para el bienestar global. La nación, en todos estos casos, no ha podido asumir el poder del Estado. Y el Estado, posteriormente, no ha podido controlar la nación. La pregunta de Casado ayer a Sánchez, ¿ cuántas naciones tiene España ?, tiene respuesta, solamente una. Sin Estado, no hay nación, y sin nación, no hay Estado y como prueba, solamente hay que acudir al lenguaje para determinar la volatilidad de uso del euskera, el catalán o el gallego.
Europa y USA se han revelado como zonas de gran potencial pero cuyos errores políticos, militares o económicos son derivados o soportados por los países más débiles, en este caso, España, Grecia, Italia o Portugal. Ceder soberanía nacional requería de sufragio universal, lo cual no se hizo. Toda unión económica y sin duda monetaria tiene un principio y un final, lo que representa un futuro de incertidumbre e inestabilidad. La señora Merkel tiembla de vez en cuando y la solución alemana no ha sido neurológica sino simple y barata como sentarla en una silla.
En resumen, la caja de Pandora se abrió o la abrieron desde otros países, y nadie sabe cerrarla. Las personas honestas sabían que algo así podía ocurrir y al final ha ocurrido. Nadie se hace responsable de lo que pasa o de lo que ha pasado, ni siquiera se acepta de que haya pasado algo. Hasta el adoquín de Ribera parecía falso. Nadie asume su propia incompetencia y nadie se hace responsable de nada. El país es ingobernable porque nadie tiene la capacidad para gobernarlo y dirigirlo hacia el equilibrio, la paz y la prosperidad. Si el futuro no está claro, regresamos al pasado para descubrir que politicamente el avance ha sido nulo. No votar tiene un significado concreto, en el sentido de Rousseau. La abstención supone una no cesión de recursos, de soberanía personal, para gobernar el país.
Doy por finalizada esta entrada. 05/11/2019
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