(c) El problema de la arquitectura rural II
Evidentemente es difícil habitar casas, mansiones o castillos de otras épocas siendo la mayoría de ellos convertidos en edificios públicos de distinto uso, como bibliotecas, museos o lugares turísticos de interés general. Las cocinas en la arquitectura rural se encontraban al norte cerca de la despensa y se encontraban casi siempre en penumbra en invierno y con luz indirecta de alguna ventana de habitaciones contiguas en verano y primavera. El fuego era el foco central de la casa y todavía hoy sigue siendo el centro de cualquier espacio urbano o semiurbano.
Una cocina situada al norte, confería a la casa una naturaleza civil al margen de cualquier conflicto bélico que en el pasado eran más habituales que en la actualidad. El fuego de la casa al sur definía al morador como militar y posiblemente la casa pasaba a ser objetivo militar de las contiendas. El devenir y el cambio de poder civil y militar suponía que algunas casas eran abandonadas hasta que caían o eran reformadas. Por esta razón, el emplazamiento del fuego y de las cocinas definía al morador de la casa.
También la altura de la casa variaba. Las casas de los campesinos de naturaleza militar eran casi siempre más bajas que aquellas habitadas por personas que se dedicaban exclusivamente a las tareas agrícolas. Es cierto que antiguamente todas las personas tenían que servir en el Ejército durante unos años, por lo que casi todo los españoles pueden vivir en una casa militar durante un tiempo aunque no está claro que una persona civil pueda vivir en una casa militar indefinidamente. De hecho en los castillos de la Edad Media posiblemente sólo puedan vivir oficiales militares o descendientes militares de los antiguos señores feudales.
Otra de las cuestiones o problemas de una arquitectura rural es el emplazamiento de aseos o servicios. Los servicios se conocen desde hace mucho tiempo y allí donde no había agua corriente, los servicios se encontraban alejados de la casa ya que no existían fosas sépticas. Dentro de una zona rural, cualquier residuo biológico es considerado abono por lo que en las casas de campo no existían servicios o water close. La incorporación de agua corriente supuso un nuevo problema, la situación de bidets, lavamanos, bañeras etc.
En algunos lugares, la situación inicial ha sido cambiada varias veces por lo que se podría decir que estos elementos entrañan algún tipo de conflicto con la arquitectura rural. Se pueden situar alejados de la casa con la consecuente pérdida de bienestar o dentro de la casa. La urbanización de una zona rural supone también cierta pérdida de encanto o de los beneficios atribuidos a una vida campestre.
Doy por finalizada esta entrada. 10/03/2016
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