(c) El problema de la contaminación urbana VII
Habría que analizar la contaminación urbana como casos puntuales concretos de alta densidad de gases tóxicos, dentro del cambio de temperaturas globales, lo cual significa preguntarse cómo unas mayores temperaturas esperadas van a afectar a las grandes ciudades del mundo. Poco o nada se puede leer sobre este asunto en un mundo científico fragmentado y enfrentado, cuya única base operativa es el máximo o el nulo beneficio.
Un aumento de temperaturas globales representa un nuevo panorama en la contaminación urbana. El equilibrio termódinamico se produce siempre lo cual posibilita también una disminución de temperaturas de unos dos grados en extensas zonas del planeta. Posiblemente este equilibrio no pueda ser estable y durante los próximos años podremos asistir a cambios en la flora y fauna de algunos lugares. Si pudiéramos observar las modificaciones a muy largo plazo, observaríamos una tendencia de cambio en los cursos de los ríos, las playas y también la desaparición de montañas o relieves geográficos del terreno.
Las temperaturas diurnas y nocturnas durante el año definen el clima y el concepto cambio climático supone el aumento de la extensión de los desiertos, de los polos y la disminución de la sabana y grandes bosques tropicales. Sin embargo estos cambios son actualmente, con una tasa de contaminación alta, prácticamente inobservables. Los desiertos avanzan lentamente y los bosques no disminuyen su superficie por el hipotético cambio climático sino por talas abusivas y descontroladas. Los polos se derriten y vuelven a recuperar las zonas de hielo. El aumento de temperaturas inicia nuevos ciclos en la naturaleza.
Un cambio climático en términos científicos afecta a las temperaturas de toda la corteza terrestre, zonas interiores y capas atmosféricas. La distribución de los materiales, en este caso, debajo de la corteza también variaría. Las ciudades enclavadas o situadas en lugares habitables por razones de humedad y temperaturas anuales que determinan un régimen de vientos, se construirían en otros lugares si un cambio climático terráqueo se produjera.
Evidentemente, un cambio climático de estas características produciría la inhabitabilidad de muchas ciudades en el mundo por lo que un aumento de temperaturas que afecta fundamentalmente a la atmósfera y capas adyacentes no puede definirse como un cambio climático global sino parcial, localizado en la atmósfera. Las ciudades seguirán durante cientos de años o miles de años en el mismo lugar ya que un aumento de las temperaturas atmosférica de unos pocos grados producirán no la inhabitabilidad sino mayores o menores velocidades de circulación de corrientes oceánicas y terrestres. Si persistiera el aumento de temperaturas, la superficie, el grosor o la composición de la atmósfera y capas superiores podría también variar.
Doy por finalizada esta entrada. 05/01/2015
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