(c) El problema de la domesticación del perro II
De la anterior entrada, puede entenderse que la caza perdió importancia y otra actividad de mayor rendimiento, menor riesgo y mayor beneficio surgió hace miles de años para el hombre prehistórico. Con anterioridad a esta fase y también simultáneamente, se produce la domesticación del perro de forma global, relacionada con una evolución cultural y económica humana. No solamente el perro empieza a ser domesticado sino también teóricamente el resto de animales conocidos actualmente como animales de granja.
Habría que preguntarse para qué el hombre prehistórico requiere de una de sus habilidades más desarrolladas como el olfato. Durante la caza, el hombre del cuaternario y posterior, utiliza su destreza para manejar el arco y las lanzas para cazar. Cuando el animal, herido, huye, utiliza el olfato para conseguir averiguar el lugar donde se oculta. Durante la fase de transición hacia el neolítico, el hombre utiliza el olfato para otros menesteres que no son la caza, por lo que hay que construir alguna teoría que explique este hecho.
En teoría, la domesticación de animales salvajes por parte del hombre no fue tarea fácil. Los animales salvajes están muy alejados de la docilidad que observamos en los animales domesticados por lo que el paso de un animal salvaje a un animal dócil fue posiblemente lento y ardúo. Hay que suponer que el hombre de la prehistoria conocía ya las cuerdas y también algún tipo de vallado por lo que atrapar al animal formaba parte de la tarea de domesticación. Para atraparlo vivo, había que vigilarlo y también rastrearlo por lo que el olfato del hombre durante un tiempo se dedicó a esta actividad.
Las ovejas, cabras, burros y caballos de la prehistoria tampoco eran como en la actualidad. Posiblemente, las ovejas prehistóricas se parecían más a los muflones actuales o las cabras montesas, por lo que podían ser atrapadas difícilmente y después había que transportarlas hasta el lugar elegido como núcleo de población estable. Durante generaciones posiblemente el instinto salvaje de los animales les llevaba a escaparse de los recintos vallados ante la presencia de lobos, zorros y otros depredadores que eran también más numerosos que en la actualidad.
La domesticación del perro para la caza se produjo con anteriorridad a esta fase de transición ya que de otra forma la domesticación de otros animales de granja no se hubiera producido de forma tan rápida. El olfato del hombre conseguía un mayor rendimiento atrapando y domesticando animales que cazando, lo cual como dije en la entrada anterior, no fue cierto en extensas zonas de Asia, ya que el perro fue considerado un animal de granja más y el olfato del perro no sustituyó al olfato del hombre.
Doy por finalizada esta entrada. 25/01/2016
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