(c) El problema de la contaminación urbana IV
Evidentemente una solución bioquímica al problema de la contaminación persistente de las ciudades consistiría en rociar la atmósfera con algún tipo de producto que disolviera las sustancias más nocivas. Sin embargo, estos productos no se han desarrollado todavía posiblemente porque el problema de contaminación de las ciudades afecta durante unos días al año. Tampoco se puede asegurar que la respiración continuada de gases contaminantes afecte seriamente al organismo.
El tabaco o el alcohol posiblemente sean dos productos de consumo que influyen a largo plazo en la salud de los individuos y cuyos perjuicios son mayores que las emisiones contaminantes de las ciudades. Habría que considerar también la posibilidad de regar la ciudad en altura con aviones cisterna u otros aparatos, para alterar la presión de algunas capas atmosféricas. Esto se tendría que hacer en horarios nocturnos y con aviones silenciosos. Esto produciría, en algunos casos, lluvia ácida, un compuesto de hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, teóricamente dañino para las zonas verdes.
Las medidas adoptadas en la actualidad es la disminución de la velocidad de circulación de los vehículos y la prohibición de aparcar en algunas zonas de la ciudad, lo cual produce una desaceleración de la tasa de aumento de la contaminación. El problema subsiste aunque la magnitud o la gravedad del mismo no aumenta. Ciertamente, el problema de contaminación de los coches tenía que haber sido resuelto hace años. Sin embargo, la importancia del problema y la cuenta de resultados de las empresas de locomoción, seguían caminos opuestos. La empresa Volkswagen ha sido denunciada recientemente por incumplir algunas modificaciones técnicas de sus vehículos diesel.
La solución a una contaminación persistente es el aumento de las zonas verdes en lugares donde existen picos de contaminación aunque la proliferación de zonas verdes alrededor de los edificios podría ser también una buena defensa contra una contaminación global. Sin embargo, lo que se observa es una pérdida de valor de las zonas verdes y una sustitución por parques infantiles, que desde luego tienen otra función. En algunos casos, la mano de obra de mantenimiento de jardines ha aumentado por encima del coste de mantenimiento de zonas asfaltadas, por lo que las ciudades y el sector de la construcción, en épocas de crisis, prescinden de las zonas ecológicas.
Doy por finalizada esta entrada. 24/12/2015
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